Intervine el espacio dentro de la Institución con la intención de promover una circulación más ordenada, utilizando la acción de dividir la escalera por la mitad mediante una señalización clara (subes por tu derecha, bajas por tu derecha). Sin embargo, la intervención tomó un giro inesperado al utilizar el escudo de la Universidad como elemento divisor. Este escudo se iba conformando en cada escalón hasta completarse en la parte superior de la escalera.

El mensaje detrás de esta intervención abordó temas de identidad, pertenencia y, de alguna manera, memoria. Resultó intrigante descubrir que la obra permaneció en el lugar durante un tiempo considerable, a pesar de la reticencia inicial de la Universidad hacia intervenciones en el campus. Se podría asumir, con bastante certeza, que la aceptación de la obra se debió a su conexión con el escudo universitario, lo que la eximió de ser percibida como una acción "vandálica".